INGREDIENTES
- 2 paquetes de espinacas congeladas y troceadas de 400 g cada una
- 250 g de bechamel (puede ser de brick)
- 2 huevos
- 100 ml de aceite de oliva
- 1 cebolla dulce mediana
- 1 pastilla de caldo de carne o sal
- Nuez moscada
ELABORACIÓN
- Dejar las espinacas fuera del congelador para que se vaya descongelando pero sin sacar del envase.
- En un perol o sartén honda, poner el aceite de oliva y rehogar la cebolla hasta que esté bien pochada.
- Añadir las espinacas directamente del envase, y seguimos rehogando. Poner la pastilla de caldo o sal, una pizca de nuez moscada, y dejamos que se cocinen a fuego medio bajo con el jugo que vayan soltando.
- En un bol, ponemos las claras de los huevos y batimos hasta llevar a punto de nieve. Reservamos las yemas.
- Cuando las espinacas estén ya cocinadas, añadir la bechamel y apartar hasta que enfríen un poco, mezclar suavemente con las claras a punto de nieve, y poner en una fuente de horno untada previamente de margarina.
- Batir las yemas de los huevos y con una brocha de cocina, poner con cuidado sobre las espinacas.
- Meter al horno, altura media, precalentado a 180º y en gratinador.
- Si se ha hecho bien, las espinacas quedarán con una consistencia suave pero cuajadas.